Todo comenzó cuando en una escuela común y corriente, el maestro de matemáticas les enseñaba a los alumnos las ecuaciones de segundo grado. Todo marchaba bien, hasta que llegaron a las ecuaciones de segundo grado de la forma:
ax²+bx+c
Los alumnos pensaron que comenzaría lo más difícil, pues la ecuación que el profesor estaba anotando en el pizarrón no se parecía en nada a las ecuaciones que habían resuelto con anterioridad.
El profesor fue pasando uno por uno a sus pupilos pero se dio cuenta de que ninguno podía resolver tal problema. Resignados, los alumnos no tuvieron más tentativas.
El maestro al ver la preocupación de los alumnos, les dijo:
- La ecuación se resuelve por la siguiente fórmula. Sólo les resta sustituir los valores.
Y anotó la fórmula bien conocida por todos los estudiantes en la actualidad:
Con el paso del tiempo, los alumnos se percataron de que resolver las ecuaciones de segundo grado empleando la fórmula proporcionado por el profesor no era tan difícil y que dicha fórmula era tan fácil de aprender que hasta Don Pancho, el viejito que vendía chicharrones fuera de la escuela, se la podría saber.
Ana Karen Navarrete García.
Área: IV N.L:9
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